¿Por qué persiste el dolor de espalda si ya no tengo estrés?

El dolor de espalda es una de las afecciones más comunes que afecta a la población, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 80% de las personas sufrirá de dolor de espalda en algún momento de su vida.
Si bien el estrés puede ser un factor que lo desencadena o empeora, existen otras razones para que el dolor de espalda se mantenga incluso cuando el estrés ya no está presente.
Causas del dolor de espalda persistente
Tensión muscular: La tensión muscular, especialmente en la zona lumbar y cervical, puede ser un factor importante en el dolor de espalda. Si bien el estrés puede contribuir a la tensión muscular, también puede ser causada por:
- Postura inadecuada: Pasar mucho tiempo sentado o encorvado frente al computador o al teléfono.
- Falta de ejercicio: Los músculos débiles no pueden soportar adecuadamente la columna vertebral.
- Movimientos repetitivos: Realizar las mismas actividades una y otra vez puede fatigar los músculos y causar tensión.
- Lesiones: Una lesión en la espalda, una distensión muscular, puede causar dolor persistente durante semanas o incluso meses.

- Desgaste articular: La osteoartritis, una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones, puede generar dolor de espalda, especialmente en la zona lumbar.
- Problemas de disco: Una hernia de disco o un disco degenerativo puede presionar los nervios y causar dolor de espalda.
- Factores psicológicos: La ansiedad, la depresión y el miedo al movimiento pueden contribuir al dolor de espalda o hacer que sea más difícil controlarlo.
- La memoria del dolor: Es un fenómeno por el cual el cerebro sigue enviando señales de dolor a una zona del cuerpo que ya no está lesionada o inflamada, como si el dolor se hubiera grabado en el sistema nervioso. Esto puede ocurrir cuando el dolor es muy intenso, prolongado o recurrente, y cuando se asocia a emociones negativas, como el miedo, la angustia o la frustración.

¿Qué hacer si el dolor de espalda no se quita?
Si el dolor de espalda persiste a pesar de haber eliminado el estrés, lo primero que debe hacer es consultar con un especialista, que pueda evaluar y determinar la causa de la dolencia e indicar un tratamiento adecuado.
Tratamientos y recomendaciones:
Ejercicios de estiramiento y flexibilidad: Fortalecer los músculos de la espalda, ayuda a recuperar la elasticidad, la resistencia y la funcionalidad de los músculos y las articulaciones. Los ejercicios deben ser adaptados a nuestras condiciones y necesidades, y se deben realizar de forma progresiva y controlada, sin movimientos bruscos o forzados. Estos ejercicios contribuyen a evitar futuros episodios.
Electroestimulación: La electroestimulación permite fortalecer los músculos y reducir el dolor.
Terapia manual: Como el masaje, la movilización articular, la manipulación vertebral o la liberación miofascial, nos ayudan a relajar la musculatura, mejorar la movilidad, reducir la inflamación y a corregir las disfunciones articulares.
Técnicas de relajación: Aprender técnicas de relajación como la respiración profunda o la meditación puede ayudar a reducir el dolor de espalda.
Adoptar hábitos de vida saludables: Tales como mantener una alimentación equilibrada, hidratarse adecuadamente, dormir bien, evitar el tabaco y el alcohol, y controlar el peso, nos permitirán mejorar nuestra salud en términos generales y prevenir el dolor de espalda.
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